Los trastornos de la personalidad son un grupo de patologías mentales que tienen en común el hecho de constituir patrones permanentes de experiencias internas que se desvían marcadamente de lo esperable en la cultura a la que el paciente pertenece y que afectan a diversas áreas del funcionamiento habitual de esa persona, tales como los pensamientos, las emociones o el control de los impulsos.
Estos patrones inadaptativos de comportamiento tienen su comienzo en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta, son inflexibles, estables y permanentes a lo largo del tiempo, se presentan en gran variedad de situaciones personales y sociales, provocando un malestar clínicamente significativo o un deterioro significativo en el ámbito social, laboral, familiar y personal.
Algunos subtipos de trastorno de personalidad son más frecuentes en varones (por ej. el trastorno antisocial de la personalidad) y otros, como el trastorno límite o el dependiente, son más frecuentes en mujeres.
Los trastornos de la personalidad se diagnostican con más frecuencia cuando se asocian otras condiciones psicopatológicas como un trastorno de la afectividad, abuso de sustancias (adicciones tóxicas) o un trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
De hecho, en la mayoría de las ocasiones, son estos problemas los que llevan al paciente a la consulta del psicólogo, médico o psiquiatra y como consecuencia, se diagnostica el trastorno de la personalidad como problema de base.
La existencia de un trastorno de personalidad se produce cuando los rasgos de personalidad se vuelven tan pronunciados, rígidos y desadaptativos que la persona afectada tiene problemas en el trabajo, la escuela y/o en el trato con otras personas. Estas desadaptaciones sociales pueden causar angustia significativa en personas con trastornos de personalidad y en aquellas que las rodean. La mayoría de las personas cuyos rasgos de personalidad son ineficaces o tienen consecuencias negativas intentan cambiar sus patrones de respuesta. En contraste, los sujetos con un trastorno de la personalidad no modifican sus patrones de respuesta, incluso cuando estos patrones son repetidamente ineficaces y sus consecuencias son negativas. Estos patrones se denominan patrones de mala adaptación, porque la gente no se ajusta (adapta) como las circunstancias lo requieren. Los patrones de mala adaptación varían en su gravedad y en su duración.
TIPOS DE TRASTORNOS DE PERSONALIDAD:
Los trastornos de la Personalidad se dividen en tres grupos o «clusters» basados en similitudes descriptivas:
La personalidad paranoide supone una forma particular de sensibilidad y susceptibilidad. Son personas suspicaces y desconfiadas. Las personas afectadas por un Trastorno Paranoide de la Personalidad sienten constantemente una sensación de amenaza y peligro-agresión, en sus relaciones suelen temen ser humillados y perciben ser víctimas de injusticias. Vivencia una no aceptación, rechazo y desconfianza. Ser paranoide supone cierta predisposición hacia la sintomatología positiva de la esquizofrenia.
Desapego en la relaciones sociales y poco expresión de las diferentes emociones en contextos interpersonales. La persona afectada por un Trastorno de la personalidad esquizoideno disfruta de las relaciones íntimas, por ello elige actividades solitarias. Suelen tener poco interés en la actividad sexual. Indiferente a las alabanzas o críticas. Emocionalmente frío, con desapego o afectividad plana.
Ideas de referencia, la persona siente que todo gira a su alrededor, todo tiene como explicación su persona. La persona afectada por un Trastornos esquizotípico de la personalidad tiene creencia extrañas o pensamientos mágicos que influyen en su comportamiento. Percibe de forma poco habitual su entorno. Pensamiento y discurso extraño. Suspicaz en las relaciones, hipervigilante, actitudes paranoides.
Son personas que sufren de trastornos afectivos (ansiedad, depresión) incluyendo las tendencias suicidas. Las personas con Trastorno Límite de la personalidad sienten una gran labilidad emocional, altibajos. Manifiestan impulsividad, desregulación afectiva (ira, rabia,miedo,pánico, angustia), suelen tener sentimientos crónicos de vacío. Problemas interpersonales: sentimientos de injusticia/rabia o pena/culpa por el daño ocasionado. El Trastorno Límite de la personalidad se presenta en consulta en muchas ocasiones a través de síntomas somáticos, trastornos de alimentación, ansiedad difusa o crisis de pánico. Ser una persona Límite no significa en ningún caso irrecuperable o difícil.
La característica principal del antisocial es el incumplimiento de normas sociales respecto a comportamientos legales, de ahí el nombre de «antisocial». La persona con un Trastorno antisocial de la personalidad engañan y mienten con mucha frecuencia. Impulsivos, irritables, agresivos, defensores constantes de su reputación. No preocupados ni por su seguridad ni por la de los demás. Gusto por el riesgo. Irresponsable. No siente remordimientos ni culpa. La persona antisocial se encuentra en ocasiones en puestos de poder o alto estatus, no solo se presenta en las clases más desfavorecidas.
Acceso poco profundo a sus significados. Superficial en cuanto a la capacidad para reflexionar sobre uno mismo. Poco introspectivo. La persona afectada por un Trastornos de la Personalidad histriónico se siente incómodo si no de alguna forma importante, le gusta ser el centro de atención aunque sean personas que experimentan vergüenza. Las interacciones con los otros suelen estar sensualizadas o sexualizadas. Causar una impresión en el otro es algo deseable para la persona histriónica. El aspecto físico es importante en sus vidas. Su habla es poco centrada en detalles, más bien guiada por aspectos emocionales globales.Dramatismo en su forma de sentir y expresión de las emociones. Persona muy sugestionable.
La presentación de la persona narcisista suele ser a través de una vaga insatisfacción, síntomas ansiosos o hipocondríacos y explicaciones siempre externas a su malestar (la culpa es de los demás). Su ayuda al otro no es genuina sino en la medida que puede obtener sensación de perfección. El Trastorno Narcisista de la Personalidad presenta una fachada arrogante, despreciadora, altiva, sensación de vacío, vergüenza, depresión angustiosa. Suelen permanecer a la defensiva. El narcisista es minimizador de emociones que no le dejen en buen lugar y defensivo ante las emociones del otro. Sensación de no pertenencia dentro de sus relaciones. Culpa.
El obsesivo-compulsivo es una persona preocupada por los detalles, se caracteriza por el análisis de los hechos pero muy poca habilidad para ver las cosas en su conjunto global, hacer una síntesis de los hechos. Las personas afectadas por un Trastorno obsesivo-compulsivo de la Personalidad se preocupan por detalles, normas, listas, orden, organización más allá de su aspecto práctico. El obsesivo-compulsivo es perfeccionista con ellos y con los demás. Dedicación importante al trabajo o las actividades laborales o domésticas en detrimento de la vida social o familiar. Gusto por la productividad. Trabajo obsesivo y comportamientos compulsivos.. Puede ser escrupuloso e inflexible en términos de moralidad, ética y valores.
Sensación de un sí mismo inadecuado, equívoco, frágil, ineficaz e incompetente. El Trastorno de la personalidad por Dependencia siente que es incapaz de afrontar solo los acontecimientos. Necesitado de las relaciones. Sensación de competencia solo cuando hay alguien cerca. Necesidad de estar presente constantemente en la mente del otro. Sensaciones de vacío ante la soledad. Necesidad de conformar la importancia que tiene para los otros. Necesita del otro para ser regulado y calmado emocionalmente.
Inhibido al contacto social, sensación de inadecuación. El Trastornos evitativo de la Personalidad teme el juicio negativo, se inhibe, experimenta emociones de ansiedad y vergüenza. Sensación de exclusión social, de no pertenencia, de ser diferente al grupo. Suelen manifestar hipersensibilidad a la evaluación negativa. Fuerte deseo de establecer relaciones cercanas dentro de las cuales experimenta de nuevo una sensación de exclusión. Temor al rechazo y al juicio negativo.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es la forma de tratamiento psicológico orientada a la acción en la que el terapeuta y el paciente trabajan en equipo para identificar y resolver problemas. La Terapia cognitivo-conductual entiende que los patrones de pensamiento mal adaptativos o erróneos causan un comportamiento desadaptativo (comportamiento contraproducente que dificulta desarrollar la vida cotidiana con normalidad) y emociones “negativas”. Como psicólogo terapeuta ayudo a mis pacientes a superar sus dificultades a través de un tratamiento enfocado en la modificación de patrones de pensamiento, de modo que se produzca también una modificación de su comportamiento comportamiento y su estado emocional.
Desde esta perspectiva cognitivo-conductual se exploran los vínculos entre los pensamientos y las emociones que ocurren antes de las conductas disruptivas en personas con problemas psicológicos. Al establecer estas conexiones, las personas aprenden a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos o inapropiados, y como consecuencia, pueden manejar los comportamientos relacionados con su sufrimiento o malestar emocional.
Tratamiento psicológico de los trastornos de personalidad: Whatsapp 600440004.
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