Hay muchas personas que sufren psicológica y emocionalmente por problemas laborales, es decir, los derivados o los que se producen en el desempeño de su trabajo y/o en sus relaciones laborales con compañeras/os y jefas/es. Pasamos muchas horas en el trabajo –al menos un tercio de nuestro día- y estamos expuestos constantemente a diversas fuentes de estrés y de tensión. Además, vivimos en un entorno cambiante y en ocasiones debemos hacer frente rápidos cambios en nuestro trabajo que requieren de un sobreesfuerzo en nuestra adaptación. En nuestra consulta atendemos los problemas que se producen en el trabajo y que pueden estar afectando y deteriorando en determinado grado la salud mental. Estos son los principales problemas laborales que tratamos:
En muchas ocasiones en nuestro trabajo, por distintos motivos, nos sentimos sometidos a una excesiva presión y sobrecarga y no sabemos cómo gestionarlo. La tensión y presión que sentimos en nuestro trabajo hacen que se resienta nuestro equilibrio psicológico personal y esto también conduce a que puedan deteriorar nuestras relaciones familiares y sociales.
2. Sobrecarga laboral.
La sobrecarga laboral estrictamente hablando se configura como el preludio o la antesala del estar quemado en el trabajo o “burn out” y se detecta cuando ya empezamos a tener sensación de que no vamos a poder con nuestro trabajo y empezamos a tener también pensamientos evitativos con respecto a nuestro trabajo. La sobrecarga es muy propia de los trabajos de cuidador de terceras personas y la responsabilidad que ello comporta, por ejemplo.
3. Síndrome de Burnout (estar quemado en el trabajo).
El Síndrome de “estar quemado en el trabajo” es un tipo de estrés laboral que tiende a ser crónico. Las psicólogas norteamericanas C. Maslach y S. Jackson definieron el Síndrome de Burnout como «un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal, que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios». Las personas que lo sufren se encuentran agotadas y con un gran “cansancio emocional” a la hora de realizar su trabajo, se encuentran diferentes, despersonalizados y deshumanizados a la hora de desempeñar su trabajo y de relacionarse con las personas que hay en él (en profesiones en las cuáles se atiende al público, las relaciones que establece el trabajador afectado por el “burnout” con los usuarios es totalmente despersonalizada y desnaturalizada, por ejemplo).
4. Dificultades en la relación con los compañeros.
Pueden surgir problemas de relación y conflictos en el ámbito laboral con nuestros compañeros y/o jefes (con los que pasamos muchísimas horas) y esto puede ocasionar que nuestra salud mental se resienta.
5. Desmotivación con el trabajo.
En muchas ocasiones nos sentimos frustrados y desmotivados a la hora de realizar nuestro trabajo, perdemos autoeficacia y no nos sentimos autorrealizados en nuestro desempeño. Nos sentimos muy bloqueados e inseguros a la hora de desempeñar nuestro trabajo adecuadamente y no sabemos cómo abordar esta situación para poder encontrarnos mejor con nosotros mismos y con nuestro trabajo donde pasamos largas jornadas.
SISIFEMIA.
La sisifemia es un nuevo trastorno laboral. Se produce cuando el trabajador padece una excesiva carga laboral, que le provoca un gran agotamiento físico y mental, y un sentimiento patológico de no ser suficientemente productivo, a pesar de que objetivamente realiza una actividad de alto rendimiento.
Estas sensaciones se repiten uno y otro día, siempre con la frustración de no llegar a todo lo que "deberían", a pesar de que estar haciendo lo máximo posible. Entre las disfunciones de este "síndrome" o trastorno psicosocial está la notoria incapacidad de la persona para desconectar del trabajo, no ya en el día a día, sino incluso en el vacacional.
HIPERRESPONSABILIDAD LABORAL.
«A las personas perfeccionistas les cuesta mucho renunciar a las metas y objetivos que se les pone, incluso aunque éstas sean demasiado altas e irreales. Si no consiguen algo, interpretan que es ‘porque no se han esforzado lo suficiente’, y como tienen un sentido del deber y la responsabilidad tan altos, seguramente lo seguirán intentando una y otra vez, sacrificándose y esforzándose cada vez más. Lo habitual, de hecho, es que terminen desarrollando un Burnout porque no saben cuándo parar de esforzarse».
«Es raro que abandonen un trabajo, incluso a pesar de que ganen poco o no les compense, porque su compromiso y sentimiento de fidelidad con la empresa es demasiado alto. En una empresa en la que todos los trabadores se van al segundo o tercer año, el perfeccionista sería el que aguanta cinco o seis años más antes de plantearse irse, y durante este tiempo, probablemente nunca coja una baja médica -aun necesitándola- ni falte al trabajo».
El miedo a cometer errores y la búsqueda de la excelencia son características propias de las personas perfeccionistas, pero existen puntos clave que los diferencias del resto y que, por tanto, sirven para conocer el problema: «La primera es el control, planificación y previsión. A través de controlarse a sí mismos, controlar el entorno y controlar a los demás, reducen el riesgo de cometer errores».
«Por último, otra característica importante es el inconformismo y la autoexigencia. Un perfeccionista nunca siente que algo esté suficientemente bien, sino que se exige a sí mismo y exige a los demás para alcanzar esa excelencia que no es más que una meta irreal e inalcanzable. Eso hace que vivan frustrados la mayor parte del tiempo y que no sepan disfrutar del presente. Tampoco son capaces de parar o, simplemente, disfrutar del descanso porque, cuando lo hacen, inmediatamente se sienten culpables porque deberían estar aprovechando el tiempo en cosas productivas».
"EL SINDROME DEL IMPOSTOR"
El síndrome del impostor, en ocasiones también denominado fenómeno del impostor, es un problema psicológico en el que las personas que lo padecen se sienten incapaces de internalizar ("creerse") sus logros y sufren un miedo y ansiedad persistente de ser descubierto como un fraude. No es una enfermedad mental oficialmente reconocida y no se encuentra entre las condiciones descritas en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5, pero ha sido el fruto de numerosas investigaciones y artículos por psicólogos y educadores.
A pesar de las pruebas y hechos objetivos que demuestran su nivel de competencia, aquellos con el síndrome permanecen totalmente convencidos de que son un fraude y no merecen el éxito que han conseguido. Las pruebas de éxito son percibidas como suerte, casualidad o como el resultado de hacer pensar a otros que son más inteligentes y competentes de lo que ellos creen ser.
El síndrome del impostor, en el que gente que es competente, inteligente y diligente encuentra imposible creer en su propia competencia, puede ser visto como complementario al efecto Dunning-Kruger, en el que gente incompetente encuentra imposible creer en su propia incompetencia.
FALTA DE DESCONEXION DEL TRABAJO.
Desconectar del trabajo debería ser fácil a priori pero a muchas personas les cuesta mucho desconectar en los momentos en los que no están trabajando, el hecho de no hacerlo o tener dificultades pare ello puede conllevar problemas, tanto fisicos como psicológicos y/o emocionales.
Mantenernos continuamente alerta y pendientes del trabajo sin desconectar hace que nuestro cuerpo se resienta de diversas formas: dolores musculares, fatiga más o menos crónica, dificultades respiratorias, aumento de la tensión arterial, dolor abdominal, arritmias y cefaleas, entro otra sintomatología.
Y a su vez provoca también consecuencias psicológicas y emocionales. El estrés, la ansiedad y la depresión están muy ligadas a los problemas con el trabajo y la falta de desconexión y determinados trastornos psicosomáticos (ej: soriasis y afecciones dérmicas o estomacales) tienen su base en dicha falta de desconexión y el constante estrés e hipervigilancia que provoca. Además, si no tenemos estrategias eficaces para desconectar del trabajo, nuestra vida social y sentimental puede verse afectada.
En nuestro centro de psicología podemos ayudarte a desarrollar mecanismos y estrategias eficaces para desconectar adecuadamente del trabajo.
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